La piel arrugada de lo cotidiano, cuando está colmada de sentido, llega a ser asombrosamente voluptuosa. (V. Woolf)
miércoles, 31 de marzo de 2010
“Dime con tus dedos que no habrá más peros, que siempre seremos mientras nos toquemos. Cómo fluye el viento, cómo corre el agua... bésame los labios, tócame la cara, que me tiembla el alma”.
De una rola que me puso el alma a temblar. La escuché hace un par de semanas: bebí las imágenes, sentí en la piel el tacto que habla, bebí el agua que corría, toqué los rostros... dije con mis dedos.
Mi hermana escribió hoy: “Estoy en cuarentena de amor...” (¡Qué curioso que nos hayamos puesto a escribir el mismo día!). La cuarentena de amor es buena (también es relativa). Recordé lo que es decir, y que te digan, con los dedos que no habrá más peros, que siempre seremos mientras nos toquemos.
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Ya debería estar rayado en tu espalda. Anímese. Ivo
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